De vuelta a casa.

Realmente ha sido una experiencia inolvidable.
Ya estoy en el avión, ahora si que se acaba esto.
He sentido la necesidad de hablar en inglés como única forma de comunicarme con personas de muy distintas nacionalidades.
En la academia había gente de España, Francia, Bélgica, Polonia, Jordania, de Ghana y lo único que teníamos en común, eran nuestras ganas de aprender ingles.
Si no nos entendíamos utilizábamos nuestros traductores y con el inglés como intermediario, nos comprendíamos.
Aquí os mando una foto de las españolas que conocí en la academia, estábamos en diferentes niveles, pero al final nos reuníamos.
Ellas son de un centro de primaria en un colegio de Cornellá y también estaban con el KA1, aunque como lo llevan haciendo varios años consecutivos, ya que tienen más experiencia.

En la clase, éramos cuatro profesoras, 3 de secundaria y una de primaria, y también había alumnos muy jóvenes. Aunque al principio resultaba un poco extraño, después de dos semanas, nos llegamos a entender muy bien.
Las clases eran muy interactivas, en especial las de la tarde, cambiábamos mucho de tipo de actividad, de forma que sin darnos cuenta estábamos hablando, explicando algo o bien trabajábamos por grupos, que iban variando continuamente.
Lo que si esta claro es que he vuelto de Oxford, con más ganas de seguir aprendiendo ingles.
Ha valido la pena el esfuerzo.